En una inesperada y virulenta declaración, el presidente de Estados Unidos Donald Trump rompió su prolongado silencio sobre el conflicto en Ucrania con un ataque directo a Vladímir Putin, calificándolo como alguien que "se ha vuelto completamente loco".
La frase, publicada en su red Truth Social, llega tras el ataque ruso más devastador desde el inicio de la guerra, que dejó al menos 12 muertos, incluidos tres niños. Esta afirmación marca un giro radical en la postura de Trump, quien durante años defendió una relación cercana con el líder del Kremlin.
"Siempre he tenido una muy buena relación con Vladímir Putin de Rusia, pero algo le ha pasado. ¡Se ha vuelto completamente LOCO!", escribió el presidente, indignado por la magnitud del ataque, que incluyó más de 298 drones y 69 misiles lanzados contra ciudades ucranianas. Trump señaló que los bombardeos están afectando a civiles y acusó a Putin de actuar sin razón ni estrategia clara, más allá de una ambición territorial absoluta: "Siempre he dicho que él quiere TODA Ucrania... pero si lo intenta, ¡eso llevará a la caída de Rusia!"
El estallido verbal de Trump ocurre poco después de mantener una larga conversación telefónica con Putin, en un intento de impulsar un alto el fuego. Sin embargo, la ofensiva rusa durante una jornada de canje de prisioneros indignó al mandatario estadounidense, que ve en ello una traición diplomática.
Para Trump, esta contradicción mina cualquier posibilidad real de negociaciones, y fortalece la necesidad de una respuesta más contundente desde Occidente.
El mandatario también aprovechó la ocasión para arremeter contra el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, criticando su estilo comunicativo y acusándolo de empeorar la situación: "Todo lo que dice causa problemas. No me gusta, y será mejor que pare". Además, culpó a Joe Biden por permitir el desarrollo de esta guerra, reiterando que bajo su liderazgo el conflicto nunca habría comenzado: “Esta es la guerra de Zelenski, Putin y Biden, no la de Trump”.
Trump ha marcado así una distancia definitiva con sus posturas pasadas. La frase "se ha vuelto completamente loco" representa no solo una ruptura personal con Putin, sino un posible punto de inflexión en la política exterior estadounidense, especialmente si el republicano retorna a la Casa Blanca en 2025.
Las repercusiones de sus declaraciones ya generan debate sobre el futuro del conflicto y el papel de Estados Unidos en su resolución.