En el ámbito deportivo cubano, las palabras “fuga” y “abandono” suelen emplearse —según la línea editorial del medio que las utilice— para describir a los atletas que deciden trazar un camino distinto al de la isla, ya sea alejándose por cuenta propia durante una base de entrenamiento, desertando de una competición oficial o simplemente buscando nuevos horizontes fuera del control estatal. Es una realidad persistente en el deporte cubano, con múltiples antecedentes que han marcado una constante fuga de talento durante décadas.
La más reciente en engrosar esta larga lista es Marys Adela Patterson, prometedora atleta de pruebas combinadas, quien formaba parte de la delegación cubana que se encuentra de gira en Europa con vistas a importantes compromisos competitivos. Según confirmó la propia Federación Cubana de Atletismo (FCA), Patterson abandonó el hotel donde se alojaba la selección sin previo aviso a sus entrenadores ni al cuerpo técnico. “Incumplió así el compromiso asumido y originó el incumplimiento con los organizadores, lo que constituye una grave indisciplina”, indicó el escueto comunicado oficial difundido por la Agencia Cubana de Noticias (ACN).
Esta repentina ausencia supone una baja sensible para la gira europea del atletismo cubano, concebida como preparación de cara a los Juegos Panamericanos Júnior de Asunción 2025 y el Campeonato Mundial de Atletismo en Tokio, previsto para septiembre.
Natural de La Habana y con 23 años, Patterson había emergido como una de las grandes esperanzas del atletismo cubano. Su título en el heptatlón de los Juegos Centroamericanos y del Caribe de San Salvador en 2023, sumado al octavo lugar conseguido en los Panamericanos de Santiago ese mismo año y sus múltiples coronas nacionales, le habían consolidado como una figura clave en el relevo generacional del deporte antillano.
Mientras la noticia de su fuga acaparaba titulares, otro atleta cubano volvía a brillar en el panorama internacional: Juan Miguel Echevarría. El destacado saltador de longitud reapareció el viernes en el mitin de Castellón, España, logrando un salto de 8,24 metros en su primer intento, con el que se adjudicó el primer lugar del evento. Así lo reseñó la publicación especializada JIT. En la clasificación le siguieron el peruano José Luis Mandros (8,11 m) y el alemán Maximilian Entholzner (7,72 m).
Apodado “el extraterrestre” desde su irrupción en la élite con apenas 19 años en 2018, Echevarría —quien entrena actualmente bajo la tutela de Iván Pedroso en España— quedó a solo tres centímetros de la marca mínima exigida para clasificar directamente al Mundial de Tokio. Aunque emigró en 2023, el talentoso atleta anunció que continuará compitiendo bajo la bandera cubana, esta vez respaldado por Pedroso, considerado el mejor entrenador de saltos del mundo y responsable del éxito de estrellas como la venezolana Yulimar Rojas.
La gira europea del atletismo cubano no se detiene. Este viernes, las medallistas mundiales bajo techo Leyanis Pérez y Liadagmis Povea debutarán en la cuarta parada de la Liga del Diamante 2025, en Roma. Posteriormente, del 6 al 8 de junio, atletas como Reinaldo Espinosa, Yunisleidys García, Yander Herrera, Liliet Cabrera y Jocelyn Echazabal competirán en el mitin de Moscú.
El recorrido continuará el 12 de junio en Oslo, sede del quinto evento de la Liga del Diamante, con presencia confirmada de Pérez y Lázaro Martínez, mientras que Povea figura en la lista de espera.
Durante este circuito veraniego, la delegación cubana establecerá su base de entrenamiento en Guadalajara, una localidad cercana a Madrid, donde se encuentra radicada la prestigiosa escuela de saltos liderada por Pedroso y Luis Felipe Méliz.
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