La Guardia Costera de Estados Unidos, en conjunto con el destructor USS Gravely, incautó el pasado 25 de mayo aproximadamente 860 libras de cocaína en el mar Caribe, con un valor estimado de 13.65 millones de dólares, como parte de sus operaciones continuas contra el narcotráfico.
Según informó la agencia estadounidense en su cuenta oficial en X (anteriormente Twitter), el operativo fue ejecutado por el equipo de Visita, Abordaje, Búsqueda e Incautación (VBSS) del USS Gravely, un destructor de misiles guiados de la clase Arleigh Burke, en colaboración con un Destacamento de Aplicación de la Ley (LEDET) de la Guardia Costera.
Durante la operación, las autoridades interceptaron una embarcación de interés en aguas del Caribe y recuperaron un total de 19 fardos de cocaína, los cuales fueron incautados y trasladados a las autoridades competentes.
Esta interdicción forma parte de una serie de operativos recientes dirigidos a frenar el tráfico de estupefacientes por las principales rutas marítimas. El mismo 30 de mayo, la tripulación del cúter Thetis de la Guardia Costera descargó en Port Everglades, Florida, más de 28,500 libras de cocaína con un valor estimado de 211 millones de dólares, producto de cuatro interdicciones distintas en el Pacífico Oriental.
Además, en semanas anteriores, aviones de patrulla marítima detectaron embarcaciones sospechosas a unas 170 millas de las costas de México. Esta acción permitió la incautación de 9,993 libras adicionales de cocaína.
En abril de 2024, Estados Unidos reportó otra operación de gran escala contra el narcotráfico, con la confiscación de aproximadamente 510 millones de dólares en drogas, incluyendo 21 toneladas de cocaína y marihuana. Este decomiso fue atribuido a acciones conjuntas contra el Cártel de Sinaloa y el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), consideradas dos de las organizaciones criminales más poderosas del hemisferio.
El USS Gravely, equipado con tecnología avanzada para operaciones de seguridad marítima, ha sido clave en misiones de combate al narcotráfico. Estas labores se desarrollan en estrecha cooperación con otras agencias federales como el FBI, y con marinas y guardias costeras de países aliados, entre ellos la Marina Real de Canadá, la Marina Real de los Países Bajos y la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos.
Estas acciones reflejan el enfoque coordinado y sostenido de las autoridades estadounidenses para frenar el tráfico ilícito de drogas en la región del Caribe y otras zonas marítimas estratégicas.
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